Areli Carreón, miembro fundador de Bicitekas

Este es una avance legislativo del primer orden para quienes trabajamos temas de movilidad y seguridad vial en México porque transforma la conversación.

A partir de la reforma constitucional en 2020 que reconoce el derecho a la movilidad y ahora con esta ley general, se establecen las bases para un trabajo coordinado de los diferentes órdenes de gobierno para poner en el centro a las personas y no al vehículo y garantizar seguridad a quienes transitamos las calles.

Es importante mencionar que se partió de cero, nuestro país no había tenido una ley en la materia a través de un largo proceso legislativo en busca de acuerdos; todo basado en sustentos científicos y el testimonio de víctimas de hechos viales a lo largo de diálogos y participación ciudadana en colaboración con funcionarios públicos.

La ley no va a cambiar la realidad, es una herramienta de trabajo para buscar que sea garantizado el derecho a la movilidad como se reconoce en la Constitución.

Hay temas que se quedaron pendientes, como la obligatoriedad de contar con un seguro de daños a terceros, que no se haya establecido mecanismos para financiar la movilidad y seguridad vial, y también la indiferencia de la industria automotriz para brindar seguridad al mercado mexicano a través de sus vehículos.

Esta industria perdió la oportunidad de ponerse a la vanguardia y hacerse responsable en materia de seguridad vial en México. Tarde o temprano va a tener que cumplir con esos estándares internacionales, y con la publicación de la ley nos permitirá volver a la discusión y apuntalar que la industria automotriz colabore y no omita sus responsabilidades en crear una sistema seguro para el tránsito en México; ya que en base al artículo 54 relativo a vehículos seguros se quedó como estaba, no hubo retroceso pero existió una gran permisividad de la industria automotriz, pero ha posicionado la necesidad de revisar el tema y construir acuerdos necesarios y se ponga a la altura de lo que necesitamos como país.

Es una industria que crea grandes beneficios, pero es justo que así como recibe, pueda contribuir a un sistema que proteja la vida de sus clientes, y por supuesto, la de todas y todos los que transitamos las calles y carreteras de México.

Hacemos un recuento positivo sobre el paso que se ha dado al frente en materia, que además de darnos elementos para salvar vidas de manera urgente, nos deja en una mejor disposición de seguir creando los acuerdos para lograr mayor avances en los temas que quedaron inconclusos.

Han sido más de ocho años de trabajo, sigamos adelante que lo más difícil está por venir, bajar de la letra a la calle lo que hemos logrado conquistar con esta aprobación.

 

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